La importancia de comer en familia
«No es que no tenemos los mismos horarios, se nos hace muy difícil comer a la misma hora que él, es demasiado pronto»
«Nos es más cómodo así, porque termina el peque y ya comemos los mayores tranquilos»
MEEEEECK
Comer en familia, que los niños coman acompañados es MUY importante. Si nos paramos a pensar, la mayoría de los eventos «importantes» de nuestra vida giran en torno a una celebración que conlleva comer, o planes de ocio que siempre van de la mano de una comilona. Comer es una forma de socializar, y a través de la comida, nuestros hijos aprenden mucho más que a nutrirse.
Para empezar, comer en familia conlleva a tener unos mejores hábitos de nutrición, comer juntos exponen a los niños a una mayor variedad de alimentos y menor consumo de ultra procesados.
¡Las comidas en familia mejoran las relaciones y la salud emocional, porque os estoy hablando de comer en familia y relacionarse! nada de tele y/o móviles en la mesa.
Lo comida en familia mejora el aprendizaje. Los niños que comen con la familia han mejorado sus vocabularios y destrezas de lectura. El tiempo que comparten juntos en la mesa les da la oportunidad de tener conversaciones importantes. Es el momento de contar historias y compartir experiencias, contar como ha ido el día o los planes del día siguiente.
A medida que los niños crecen, los que comen con sus familias demuestran menos comportamientos arriesgados. Los adolescentes que comen con la familia cinco o más veces por semana menos probabilidades de consumir drogas, deprimirse o meterse en problemas. Es más probable que los niños pequeños que aprenden el hábito de comer en familia compartan las comidas en familia cuando
son adolescentes. (𝘸𝘸𝘸. 𝘯𝘢𝘱𝘴𝘢𝘤𝘤. 𝘰𝘳𝘨)
Hacer merienda-cena, reubicar las comidas diarias, amoldarnos todos un poco…. nuestros hijos han nacido en nuestra familia, pero esto no quiere decir ni que tengamos que poner todo MAS patas arriba de lo habitual para adaptarnos a ellos, ni que ellos tienen que adaptarse a el ritmo de vida y rutinas adultas. ¡Un equilibrio, Mari!
- Refuerza la identidad familiar
- Aumenta la ingesta de verduras y frutas
- Menor riesgo de obesidad
- Mejora la comunicación
- Es más sencillo identificar un problema alimentario o de conducta
- Los niños tienen el ejemplo directo de sus padres
IMPORTANTE: Con la televisión siempre apagada y los móviles lejos