Cuando el pecho pasa de almacén a fabrica
Muchísimas madres sentimos que, en torno a los 3 meses de vida, por mucho que mame nuestro retoño, el pecho ya no se llena como las primeras semanas de lactancia, y no sentimos esa “subida de leche” ni sentimos el pecho tan a rebosar.
¿Qué significa esto?
Como bien os comento desde el principio, el pecho se autorregula (¡anda! Como los niños, si es que esta todo pensado).
Cuando el bebe nace y comenzamos la lactancia materna explicáis, el pecho no controla muy bien la cantidad de leche que necesita la criatura, asique crea en abundancia, no vaya a ser que falte pues el cerebro da la orden de crear mas leche (eso depende también de la succión del niño, porque si el bebe no succiona no se liberan las hormonas necesarias para que el cerebro entienda que tiene que abrir leche). ¿Y que pasa en torno a los 3 meses de vida? Pues que la cosa cambia, el pecho deja de convertirse en almacén, que es la sensación esa que tenemos cuando “notamos el pecho lleno” sino que se convierte en fabrica, según succiona la criatura va creando la leche.
Si a esto se le une la crisis de los tres meses, la madre puede interpretarla como una sensación de rechazo por parte del niño a causa de la falta de leche. ¡Pero no! El pecho funciona perfectísimamente y la crisis es por otro motivo, no porque haya bajado tu producción.
Asique si una vez que tu lactancia esta establecida empiezas a notar que el pecho no se te “llena” entre tomas no te preocupes, es totalmente normal. De hecho, los niveles de prolactina (la hormona responsable de la producción) se regulan a los 6 meses de lactancia materna aproximadamente, y eso no quiere decir que baje el nivel de producción, sino que el responsable de la producción es el FIL o Factor Inhibidor de la Lactancia es una proteína que está presente en la leche, Cuando el niño mama mucho, al sacar la leche saca también el inhibidor, y en las próximas horas la leche se fabricará a toda velocidad. Si el niño mama poco, el inhibidor se queda dentro, y el pecho fabrica poca leche; es decir, volvemos a lo de siempre, ¡cuánta más succión más producción!